Así llega el PRI a sus 90 años , sin dinero y sin poder

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El PRI deberá reponerse en tiempo récord de la mayor derrota en su historia, pues en 2018 quedó en tercer lugar de la elección presidencial y apenas obtuvo el 16% de la votación total, la cifra más baja en su historia.

Su candidato presidencial, quien no es militante del partido, fue José Antonio Meade, quien no logró despertar las pasiones de los priistas y tampoco logró contagiar su ánimo al resto del país, pues de las nueve gubernaturas en juego, no ganaron ninguna.

Actualmente, el PRI gobierna 12 de las 32 entidades de México: Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

PIDIENDO PRESTADO

Con sus derrotas electorales, al PRI también le llegó la austeridad. Debido a su baja votación, los recursos públicos que el partido recibe por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) disminuyeron drásticamente.

Es tal la falta de recursos en el PRI que su dirigencia aprobó pedir un préstamo por 250 millones de pesos a una institución bancaria, de acuerdo con El Universal.

El presidente de la Comisión de Finanzas y Administración de del Consejo Político Nacional del PRI, Enrique Burgos, detalló que el partido cuenta en sus arcas con 590.6 millones de pesos, pero señala que dichos recursos son insuficientes para hacer frente a los gastos del tricolor.

BANCADAS PEQUEÑAS

Las actuales bancadas del PRI en ambas cámaras del Congreso están muy lejos de ser la primera fuerza. En el Senado, el tricolor cuenta con 14 de los 128 senadores, con lo que su bancada es la tercera más numerosa.

El coordinador de los senadores priistas, Miguel Ángel Osorio Chong, fue muy trolleado en julio pasado, cuando publicó una selfie en la que prácticamente cabe toda su bancada de la Cámara Alta.

En el caso de San Lázaro, los priistas también son la tercera fuerza, con 47 de los 500 curules. Los legisladores coordinados por René Juárez Cisneros han votado junto con Morena en algunos temas polémicos, como el primer dictamen de la Guardia Nacional, en el que se establecía que la nueva corporación tendría un mando militar y una junta de jefes militares, puntos que finalmente desaparecieron luego de las reformas al proyecto que hizo el Senado.

CAMBIO DE NOMBRE

La debacle del PRI en las elecciones de 2018 ha puesto a sus militantes a reflexionar en serio y al menos dos de sus pesos pesados han planteado que el partido cambie de nombre.

La primera en lanzar esta propuesta fue Claudia Ruiz Massieu, su presidenta nacional, quien en julio pasado aseguró que el priismo necesita replantearse todo, incluido el nombre de su instituto político.

Además, en agosto pasado, el entonces presidente Enrique Peña Nieto admitió que el partido está muy estigmatizado por la sociedad, y señaló que el PRI debe pensar en cambiar “de nombre y de esencia”.

SU HISTORIA

El primer antecedente del PRI fue el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el cual fue fundado el 4 de marzo de 1929. Fue creado por iniciativa del expresidente Plutarco Elías Calles, con el objetivo de dejar atrás las gobiernos de caudillos, es decir de jefes militares que participaron en la Revolución, y transitar hacia una institución democrática.

En 1939 el PNR volvió a transformarse, ahora en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, quien organizó un partido con cuatro sectores: obrero, campesino, popular y militar.

Finalmente, en 1946 el partido fue refundado y se estableció su nombre actual: Partido Revolucionario Institucional, el cual mantuvo ininterrumpidamente la Presidencia de México hasta la alternancia del año 2000. En 2012, Peña Nieto regresó al tricolor al poder, pero el panorama actual del partido hace difícil imaginar que lo vuelvan a tener.

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