Los primeros días del gobierno municipal de Puebla han demostrado la dificultad de trabajar en un entorno político de división, en especial por las confrontaciones que existen por el gobierno del estado entre Morena y el grupo Morenovallista.
Esto se volvió más que evidente en los primeros casos que atentaron contra la seguridad de los poblanos. Todo comenzó con el caso ocurrido en la Central de Abastos, en donde un asesinato fue encubierto como un linchamiento al colocarle un cartel donde se culpaba a los vecinos de la zona de ser los culpables.
En esta situación fue la policía estatal los primeros en llegar a la zona, sin dar aviso a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM) a pesar de encontrarse cerca la Comisaría Norte.
Durante situaciones como lo ocurrido en el puente de Clavijero o ante las pedradas que están recibiendo los automovilistas en el Periférico Ecológico ocurre algo parecido donde las vialidades están a cargo de la Policía Estatal y al no existir algún tipo de coordinación, no existió una reacción inmediata.
La disputa política en la cúpula del poder poblano está afectando de manera directa la coordinación entre los dos principales gobiernos de la entidad y con ello a la seguridad de los poblanos.
