El pésimo resultado de julio del año pasado no desalienta al ex alcalde poblano Enrique Doger quién se registró para ir tras la candidatura del PRI para la elección extraordinaria. Su principal rival sería Ricardo Urzúa, ex senador tricolor que también se apuntó a una contienda que se definirá por acuerdo y no por votación de la militancia.
Se podría decir, de este modo, que el PRI tiene abiertas las dos posibilidades. Doger y su entorno aseguran que Urzúa ya pactó con Morena para trabajar en favor del partido del Gobierno y terminar de barrer al morenovallismo a cambio de algunos lugares en el futuro gobierno estatal.
Doger, por su parte, cree poder aprovechar el mal momento del panismo local para aglutinarlos en su apoyo y ser un candidato más competitivo. Cree tener especiales chances si el candidato volviera a ser Luis Miguel Barbosa. En cambio, se dice menos confiado con el senador Armenta, que trae el respaldo de Ricardo Monreal.
El problema de la lógica de Doger, señalan en el tricolor poblano, es que él había hecho un acuerdo con Rafaél Moreno Valle y que a la hora de la definición del gabinete de Martha Erika Alonso, finalmente el PRI se quedó sin nada de lo prometido.
La definición del CEN del PRI estría más favorable a Urzúa porque Claudia Ruiz Massieu no asume que Puebla debiera ser una gran batalla para el PRI. Lo mismo entiende con Baja California: son peleas entre el PAN y el gobierno donde el que tiene más perder es el albiazul.
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