Emergencia económica en México: desconfianza, incertidumbre y pánico.

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Aunque el Presidente diga lo contrario, la economía mexicana no estaba atravesando un buen momento previo a la aparición del Coronavirus. Técnicamente entramos en una fase recesiva después de crecer negativamente durante los últimos tres trimestres del 2019, dando un resultado anual de -0.14% acompañado de un sombrío panorama para el mediano y el largo plazo.

La aparición del Coronavirus y la notable disminución en los precios internacionales del petróleo, tras la decisión de Arabia Saudita de incrementar su producción de crudo, han generado emergencia económica no solo en nuestro país sino en el mundo entero. Estamos inmersos en un ambiente de desconfianza, incertidumbre y pánico que ha sido correctamente percibido por los inversionistas alrededor del mundo que han provocado caídas de hasta 10% en las bolsas de valores más importantes del planeta y fuertes depreciaciones de las monedas de algunas economías emergentes, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y el peso mexicano no fueron la excepción. ¿Por qué se comportan de esta manera? En situaciones como las actuales, los inversionistas se vuelven aversos al riesgo, antes de esperar a que se desplomen los precios y correr el riesgo de irse a la quiebra prefieren vender sus acciones a cambio de incrementar sus tenencias de dinero en efectivo. Entonces, la oferta de acciones es mucho mayor a la demanda, en otras palabras, existen más vendedores que compradores en el mercado bursátil provocando una fuerte tendencia a la baja en los precios de las acciones; los indicadores de las bolsas se caen produciendo aún más incertidumbre y pánico.

La BMV no es la única que ha sufrido las consecuencias, también el tipo de cambio con respecto al dólar estadounidense. El 20 de febrero del año en curso, el tipo de cambio alcanzó los 18.55 pesos por dólar, su valor mínimo de los últimos 14 meses, gracias a la ratificación y firma del T-MEC que trajo calma a los mercados financieros; incluso los analistas coincidían en la continuidad de la tendencia a la baja. A partir de ese momento, la tendencia se revirtió. Las medidas de seguridad tomadas por los países más afectados por el coronavirus y la falta de medidas en nuestro país comenzaron a incrementar el grado de incertidumbre y pánico. Al mismo tiempo, los Saudis rompían el mercado del crudo, los futuros del petróleo pasaron de los 54.66 el 20 de febrero a los 26.62 dólares hoy martes 17 de marzo. La mezcla mexicana no ha sido ajena a la decisión de los Saudis, el precio de la mezcla mexicana se cae estrepitosamente desde los 40.57 hasta los 18.78 dólares por barril al día de hoy.

En el documento Criterios General de Política Económica (CGPE) la Secretaría de Hacienda pronosticó un precio promedio por barril de 40 dólares, al ubicarse actualmente 22 dólares por debajo de la expectativa, PEMEX agrava aún más sus problemas financieros. Cierto que la paraestatal ha sobrevivido peores escenarios, pero no cuando su deuda asciende a más del 100% del valor de sus activos. Pemex es un muerto viviente.

En conjunto con los precios mundiales del petróleo, el tipo de cambio inició una peligrosa tendencia alcista que se fue incrementando conforme el coronavirus avanzaba y lo designaban como una pandemia. Ahora, los inversionistas huyen de las economías emergentes por su alta volatilidad e inestabilidad económica, política y social, siendo más susceptibles de ser severamente afectadas por este tipo de escenarios. El 9 de marzo el tipo de cambio rompió no solo su máximo histórico, sino la última resistencia por romper, que por cierto se formó producto del efecto Trump, en donde alcanzó un valor de 22.05 pesos por dólar el 19 de enero del 2017. La depreciación de la moneda nacional ronda el 30% ya que hoy rebasó los 23 pesos, imponiendo un nuevo máximo histórico de 23.22 pesos por dólar. El tipo de cambio ya no tiene ninguna resistencia que le impida subir, si la situación empeora podemos esperar un incremento de hasta los 25 pesos por dólar.

La Reserva Federal ya tomó cartas en el asunto ante los efectos negativos del Coronavirus en la economía. El 3 de marzo se reunieron de forma extraordinaria y los miembros de la junta de gobierno decidieron disminuir la tasa de interés de los fondos federales para ubicarla en un rango de 1-1.25%. Después de doce días, el 15 de marzo, acordaron otra reunión extraordinaria que derivó en la decisión de disminuir la tasa una vez más a un rango de entre 0 y 0.25%. Adicionalmente, han entrado en un proceso de compra de bonos en el mercado de dinero por un monto de 700,000 millones de dólares (este proceso es llamado quantitative easing) con el objetivo de respaldar la decisión de política monetaria. La idea de la FED es estimular la economía a través de un incremento en el consumo y en los créditos para empresas y familias.

¿Qué esperamos de Banco de México? La respuesta depende de la persistencia de los efectos del tipo de cambio sobre los precios. Si la autoridad monetaria piensa que es un proceso transitorio es probable que decida disminuir la tasa de interés con el fin de estimular la economía, aunque no en la misma magnitud que la FED. Si el efecto es persistente sobre los precios, se procede a la aplicación una política contracíclica, tal como ocurrió durante la crisis del 2008-2009, a través de una disminución en la tasa de interés lo cual podría depreciar aún más la moneda nacional. De querer evitar efectos sobre la inflación la decisión puede ir encaminada a mantener la tasa de interés en 7% o disminuirla 25 puntos base y dejarla en 6.75%. Estaremos pendiente de la decisión que tome la dividida junta de gobierno de esta institución.

Estamos ante el peor escenario posible, la economía está por detenerse durante 20 días con efectos perversos sobre las Pymes y el empleo, principalmente. Hace un mes, la expectativa promedio de crecimiento económico del sector privado para México estaba en un rango de entre -0.5 y 0.5%, antes de todos los problemas ya mencionados. El gobierno no ha tomado buenas decisiones, las señales enviadas a la población y a los mercados han sido negativas, por lo que mi expectativa de crecimiento estará en un rango de entre -1.5 y -1.0%.

Vicente Fox y Felipe Calderón enfrentaron fuertes problemas económicos durante sus sexenios, pero tuvieron la capacidad y el equipo económico para levantar rápidamente a la economía y regresarla a la senda del crecimiento. ¿Podrá el incapaz gobierno de AMLO hacer lo mismo?

 

Dr. Luis Alberto Bravo Pérez

Twitter: @luisbeto8 

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