La Verdad Sobre la Determinación de los Precios de las Gasolinas y el Diesel

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Es una práctica común de los candidatos a la presidencia prometer la disminución de los precios de los combustibles automotrices, lo hizo Felipe Calderón, Enrique Peña y con mucho más énfasis el ahora presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. El problema de AMLO es aventar culpas a los anteriores mandatarios por tener precios de los combustibles elevados, pero la realidad es que la única forma de bajar los precios es mediante un decreto presidencial. En esta columna te explicamos a detalle cómo y quién determina el precio de las gasolinas y el diesel.

En el marco de la Reforma Energética llevada a cabo por el gobierno de Enrique Peña Nieto, en 2016 inicia el proceso de liberalización de los precios de las gasolinas y diesel que había sido administrado por el gobierno federal desde 1938, es decir, estaba totalmente desvinculado de los mercados internacionales de referencia. A finales del 2017 y durante todo el 2018 se concretó la liberalización del precios de los combustibles automotrices, en otras palabras, ahora el precio es determinado por las fuerzas del mercado, la oferta y la demanda.

En el gráfico 1 se observa como el precio por litro de la gasolina regular en nuestro país en efecto estaba desvinculado de los precios internacionales de referencia, para nuestro caso es el precio de la gasolina de la costa del Golfo de México (USGC) que, al mismo tiempo, depende del precio del crudo Brent. 

Gráfico 1. Precios internacionales de Referencia y Precio Gasolina Regular en México 2000:2018

La lógica del mercado nos indica que un incremento en el precio internacional del petróleo implica un aumento en el precio de las gasolinas y el diesel, mientras que una disminución en el precio internacional del petróleo reduce el precio de los combustibles. Este es un efecto del lado de la oferta porque el crudo representa el principal insumo para la fabicacion de gasolina. Esta lógica no se aplicó en México, la tendencia observada del precio de la gasolina regular siempre fue alcista hasta finales del 2018, sin importar el comportamiento del precio de la USCG y del crudo Brent. Aquí se hace evidente dicha desvinculación.

El aumento en el precio de los combustibles también obedece a la eliminación gradual del subsidio. De acuerdo a datos de la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) entre enero del 2000 y julio del 2008 el precio de la gasolina regular tuvo un aumento del 50%, mientras el precio del USGC se incrementó 198%. Los siguientes datos son contrastastantes, del 2010 al 2018 el precio por litro de gasolina regular aumentó 10 pesos y el precio del crudo tuvo una fuerte disminución pasando de 149 a 34 dólares por barril en enero del 2016. Una vez más la lógica del mercado no estuvo presente.

El precio también es afectado por una cadena de valor compuesta por seis eslabones: origen, transporte, almacenamiento, distribución, expendio y comercialización. La idea de la reforma energética no solo es liberalizar los precios finales, sino que se permitiera la inversión privada en cada eslabón de la cadena que antes estaba totalmente controlada por PEMEX, el monopolio era total.

El gobierno todavía tiene una forma de intervenir en el precio de las gasolinas mediante el impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) que, al mismo tiempo, está compuesto por tres cuotas: la federal, de carbono (contaminación) y estatal. A partir del 2015 la tasa del IEPS es fija por litro de gasolina y sirve para suavizar el efecto de la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y las gasolinas. Cuando los precios internacionales de referencia se incrementan el gobierno aplica un “estímulo fiscal” reduciendo la tasa de IEPS evitando que el precio interno aumente demasiado.  Dicho estímulo fiscal no es otra cosa que un subsidio, cuyos efectos son regresivos ya que benefician a la población de altos ingresos en detrimento de la población de bajos ingresos. Por otro lado, cuando el mercado experimenta disminuciones en los precios internacionales de referencia, el gobierno no permite que el precio interno de las gasolinas baje lo suficiente reduciendo el estímulo fiscal y así beneficiarse de la situación recaudando más.

Actualmente el IEPS que pagamos por litro de gasolina menor a 92 octanos es de 6.33 pesos que se desglosa en: 1) cuota federal $4.95; 2) cuota de carbono $0.1312 y 3) cuota estatal $0.4369. El estimulo fiscal o subsidio solo aplica para la cuota federal. Además, la gasolina mayor a los 92 octanos carece de subsidio.

Dicho todo lo anterior, es una verdadera irresponsabilidad prometer que por decreto presidencial el precio de la gasolina bajará por el bien de la población con ingresos bajos, es una mentira tanto la primera como la segunda. Debemos tomar en cuenta que el subsidio a la gasolina solo beneficia a la población de altos ingresos, por lo cual los combustibles deben estar libres de estímulos fiscales.

Continuará…

 

Dr. Luis Alberto Bravo Pérez

Twitter: @luisbeto8

Lic. Javier López Jiménez

Twitter: @gconsumista

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