Carlos Martínez Amador habla sobre el gobierno “más humanista” de la historia de México

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Ya lo decía el escritor y poeta William Hazlitt: “El único vicio que no puede ser perdonado es el de la hipocresía. El arrepentimiento del hipócrita es hipocresía en sí misma”. Una frase que enmarca el contexto actual en el que actúan quienes hoy integran la llamada “Cuarta Transformación” en México, ya que mientras públicamente salen de sus bocas palabras en un sentido, sus acciones muestran lo contrario.

Fue el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador, y líder de este movimiento, quien hace un año, en noviembre de 2022, al rendir su cuarto informe, proclamó que su legado de gobierno sería el “Humanismo Mexicano por la orientación social de sus políticas”, una idea que en la realidad se ha quedado en eso, en pura y mera palabrería.

Y es que las oportunidades para mostrar que esta administración es la “más humanista de la historia del país”, como ellos mismos lo han dicho, han sido muchas y muy variadas, sin embargo, lo único que han dejado claro es que este gobierno es el más cínico e hipócrita de nuestra historia como nación.

Porque si bien es innegable que el país ha tenido que padecer a muchos malos gobiernos, también lo es el que nunca se había visto a un movimiento político que se vendiera y se sintiera como “la verdadera esperanza de México”, que por cierto fue su lema de campaña, pero sin el menor, en los momentos más urgentes, actuara de manera contradictoria.

No sólo ha sido el decir, porque como dicen “prometer no empobrece”, pero hay que ser verdaderamente cínico e hipócrita para no parar de repetir que eres bueno, que no eres como los de antes, que eres diferente, que todos lo han hecho mal menos tú… todos los días en cadena nacional, con la frente en alto, pero no parar de hacer lo contrario.

Uno de estos episodios de fehaciente cinismo es evidente en el tratamiento que los gobiernos de Morena -desde el federal, estatal y municipal-, le están dado a la terrible situación que viven miles de personas en Acapulco y diversos municipios de la Costa Grande de Guerrero tras el paso del devastador Huracán Otis.

La negligencia del gobierno y el presidente no sólo ha estado en la decisión de desaparecer el FONDEN, en no avisar oportunamente a los habitantes sobre el peligro de la contingencia natural para tomar acciones preventivas o incluso en no brindar atención urgente a posteriori, sino que ahora además se ha visto proyectada en la falta de sensibilidad de los legisladores morenistas al negar la designación de recursos a la reconstrucción de la costa de Guerrero.

Fue en el marco de la discusión sobre el presupuesto de Egresos de la Federación del 2024, que los diputados de Morena y sus partidos aliados rechazaron la iniciativa de destinar recursos para un Programa de Reconstrucción de la zona devastada.

La única explicación de la actuación de quienes pregonan “con el pueblo todo, sin el pueblo nada” pero lo dejan a su suerte en los peores momentos, es que no pueden “desviar” recursos que necesitan para cumplir las obras “emblemáticas” de este gobierno.

¿Será más importante dar prioridad a mega obras como un aeropuerto -sin vuelos-, a una refinería -que no refina- o a un Tren Maya -que ha provocado la devastación natural-, que a las urgencias y necesidades inmediatas que enfrentamos hoy como país y sociedad?

Considero que la mejor respuesta la dará la ciudadanía, ese pueblo que sin mayor preámbulo se ha organizado para mandar ayuda a los hermanos de Guerrero y que está coadyuvando altruistamente para que tengan comida, agua y algo que taparse ahora que el huracán se ha llevado todo.

Desafortunadamente esa es la realidad que vivimos hoy en México con el gobierno “más humanista” de nuestra historia, con esos líderes que pregonan “tener amor al pueblo” pero lo dejan solo en los momentos que más se les necesita.

Bien dicen que “al amor no le valen solo las palabras”, por ello tengo la certeza que las y los mexicanos develarán el verdadero rostro de estos “grandes humanistas” que hoy celebran el recién aprobado Presupuesto de Egresos 2024 en beneficio de sus propios intereses, pero se olvidan de aquellos a los que dice “amar”.

-Con información de la columna de Carlos Martínez Amador para El Sol de Puebla.

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