¿Las encuestas influyen en las preferencias electorales?

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Para infortunio de los mexicanos nos volvemos a encontrar inmersos en las odiosas, cansadas y cada vez más aburridas campañas políticas para las próximas elecciones del 6 de junio que serán las más importantes en la historia de nuestro país por todo lo que significan, en especial la Cámara de Diputados. Ante este contexto, no podemos olvidar uno de los instrumentos políticos que más influyen en la opinión pública y en las preferencias electorales: las encuestas.

Planteo la siguiente pregunta, ¿Las preferencias electorales de la población de interés influyen en los resultados de las encuestas políticas o las éstas influyen en las preferencias electorales de la población de interés? Existen investigaciones tanto de carácter teórico como práctico cuyos resultados indican que las encuestas electorales tienen la capacidad de estimar con cierta precisión los resultados en una elección. Sin embargo, se tienen que cumplir ciertas condiciones como el tamaño de la muestra y su representatividad, confiabilidad de los instrumentos estadísticos y la cantidad de la información obtenida, entre otros.

En mi opinión, estimado lector, los políticos utilizan las encuestas para modificar las preferencias electorales de la población objetivo y así poder influir en los resultados de las votaciones. ¿Cómo lo hacen? A través del bandwagon effect (efecto arrastre) o por el underdog effect. Bajo el primer efecto, los partidos políticos presentan en los diferentes medios de comunicación a su o sus candidatos (as) como líderes en las encuestas con el objetivo que los electores “brinquen al vagón” y decidan votar por los punteros para no desperdiciar su voto, ¿les suena conocida esta situación? “Pues voy a votar por el candidato X porque va ganando y todos van a votar por él”. Esto sucedió en la elección presidencial del 2012 y 2018 cuyos ganadores fueron Enrique Peña Nieto y AMLO por amplio margen, respectivamente. En el segundo efecto, los electores se sienten atraídos por el candidato que va en segundo lugar y deciden votar por él, algo como el llamado voto útil para evitar el triunfo del puntero. En la elección del 2018 el underdog effect se dio con algunos de los votantes a favor de José Antonio Meade que cambiaron su voto a favor de Ricardo Anaya, segundo lugar en todas las encuestas para darle pelea al puntero y así no desperdiciar su voto por un candidato evidentemente perdedor.

Un claro ejemplo del bandwagon effect o “efecto arrastre” es la estrategia de Morena, quienes son capaces de presentar la encuesta electoral del periódico Reforma porque los sitúa como punteros para la Cámara de Diputados pese a que públicamente se han referido a este diario como “pasquín inmundo” por publicar supuestas mentiras en contra de la Cuarta Transformación. La idea es convencer a la población que también sus enemigos los dan como ganadores, por lo tanto, nos invitan a “brincar a su vagón” y a no desperdiciar nuestro voto ya que su triunfo está “asegurado”. ¿Quieren o no influir en las preferencias electorales? ¡Por supuesto que sí!

No tengo la menor duda que esto es parte del ejercicio democrático de un país, sin embargo debemos tomar con suma cautela todas las encuestas electorales. Imagine, estimado lector, que usted es candidato a la gubernatura de Puebla y decide acudir a una casa encuestadora y pagar por un estudio de opinión pública. Si el resultado fuera negativo, ¿usted publicaría la encuesta?, ¿le haría ver a la población que realmente va perdiendo? O ya que pagó por el servicio, ¿modificaría el resultado para aparecer como el líder? Todo depende de la ética de cada empresa, pero recuerden “el que paga manda”.

Otra estrategia utilizada por los partidos políticos es provocar que todas las encuestas que los dan como ganadores se queden grabadas en el subconsciente de los electores, por si efectivamente pierden alguna votación tengan la justificación perfecta: “perdimos, las encuestas nos daban como ganadores, aquí hay fraude electoral porque no es posible revertir el resultado de las encuestas”, ¿les suena conocido? Es difícil conocer la realidad en cuanto al posicionamiento de los diversos candidatos a los diferentes puestos de elección popular.

Las elecciones están a la vuelta de la esquina, no se suban al vagón de ningún partido, en caso de ser indeciso, ni piensen que desperdician su voto si su preferencia no está con el “puntero”. Realicen un análisis profundo de cada candidato y su partido, su plataforma electoral, su visión de largo plazo, sus promesas de campaña ya que siempre nos presentan el qué pero nunca nos explican el cómo, y esto último es lo realmente importante. Revisen los resultados económicos y sociales del gobierno actual, tal vez eso influya en sus preferencias electorales y cambien hacia algún partido de oposición.

Tal como lo decía Milton Friedman en su libro Free to Choose, hagan un esfuerzo por votar con la cabeza porque votar con los pies resulta muy caro… y para muestra un botón.

cDr. Luis Alberto Bravo Pérez

Inteligencia Macroeconómica

Twitter: Imacroeconomica

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