La Cuarta Transformación nos ha dado bellos momentos pero tal vez este sea el mejor. Durante una entrevista con la Universidad Autónoma de Nayarit, Beatriz Gutiérrez Müller confundió a Amado Nervo de la mejor manera en la historia.
Claro, Beatriz es una eminencia en cuanto se trata de cultura e historia del arte mexicana, pero eso no le impidió que su cabecita cómica, dicharachera y pícara le cambiara el nombre al poeta por “Mamado Nervo”.
Claro, la confusión es entendible. Amadito era un asiduo deportista que gustaba de meterle duro al gimnasio para marcar chido las letras en todos sus manuscritos. Aquí tenemos una foto no oficial de cómo se veía en su juventud.

Tal vez es también por eso que Beatriz está en tan buena forma física, porque necesita de ella para aventarse versos tan complejos como diez series de 20 barras con peso añadido.

Eso o es su escritor favorito, ese que le hace soñar con que la mar está encrespada.

Otras fuentes indican que Mamado Nervo se dedicaba a escribir con plumas que pesaban al rededor de 200 kilogramos (información no confirmada) para conservar la figura a pesar de no tener tiempo más que para la poesía.

Y es que vean nada más qué porte. Cuánta belleza existe en este sujeto que nada le debía a la vida.

Mamado Nervo, nada te debemos.
