#AlGritoDeGuerra Santo Peje Redentor

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Por: María Carlota Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha y Orleans

El poder del manto divino de Morena y su profeta del no contesten

Hace unos días, en Pachuca, durante un mítin y como si fuese raro, se inició un conato de violencia cuando grupo de jóvenes que protestaban contra Gerardo Sosa, quien saltó de la trinchera del PRI para sumarse a los discípulos de Andrés Manuel y quien fuera exrector de la universidad de Hidalgo, se enfrentaron con seguidores del peje.

Quienes estaban en contra y a favor expresaron sus ideales democráticos a la mexicana, iniciando el oportuno lanzamiento de insultos y objetos hallado en las profundidades del recinto contra el equipo contrario. Nada que resulte sorprendente en el quehacer propagandístico y electoral de la nación. Sin embargo, lo que sobresalió fue la figura de luz que con sus oraciones benditas devolvió la paz y tranquilidad a los asistentes, dominando las bestias y expulsándolas pacíficamente hacia el exterior del lugar.

Evidentemente, esa parsimoniosa voz angelical provino del profeta amoroso, Andrés Manuel López Obrador, quien detuvo su discurso para pedir a sus seguidores que no contestaran las agresiones del bando protestante. ¡No contesten! ¡No contesten a la provocación! Repitió incansable durante los dos minutos más fructíferos que ha atestiguado el sistema de seguridad pública nacional.

¡No contesten! ¡Nada nada, no pasa nada! ¡Ahí, hasta ahí llegó todo! Insistió calmando los ánimos del avivado público. Incluso, se logra escuchar en la grabación cómo alguien trata de prevenir que el sensei se siga involucrando en los desplantes carnales suscitados, a lo que San Peje responde “No me diga de quien, hágase pa’ un lado”.

Solo un par de minutos después, la multitud habría paso a los jóvenes provocadores para dirigirlos en medio del mar de gente a la salida, despacito y tranquilamente, para retomar las intenciones de la reunión masiva rumbo a la final de este campeonato por la Presidencia de la República.

Se agradece, que un político se tome cinco minutos del presente para resolver lo que le quema las narices, que los jóvenes hidalguenses sepan escuchar y obedecer a sus mayores y que en el mitin no hubiera sillas ni perredistas que pusieran el mal ejemplo.

Así las cosas en la viña del Señor.

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